En “La Singularidad Suave”, el CEO de OpenAI, Sam Altman, pinta un panorama de una inminente revolución de la IA. ¿Estamos realmente al borde de crear una superinteligencia digital, o es esta una visión mesiánica impulsada por el optimismo?
La evolución de la visión de Altman
Antes de convertirse en el líder célebre de OpenAI, Sam Altman era un bloguero en YCombinator, compartiendo reflexiones sobre startups y escepticismo sobre los ovnis. Adelantémonos una década, y el blog de Altman en 2025 resuena con una transformación completa: una misión para crear algo “más cercano a una religión.”
El horizonte de eventos de la IA: ¿realidad o visión?
La afirmación de Altman de que “hemos superado el horizonte de eventos; el despegue ha comenzado” sugiere un audaz salto hacia la inteligencia avanzada. Mientras que los modelos de IA de hoy en día sobresalen en procesar vastos conjuntos de datos, su propensión a cometer errores—alucinaciones—presenta un claro contraste. Un reciente artículo enfatiza que los modelos de IA a menudo fallan, malinterpretando incluso instrucciones explícitas.
¿Predicciones futuristas o ambigüedades científicas?
La visión de Altman para 2026 incluye sistemas de IA capaces de generar conocimientos novedosos y 2027 podría introducir robots ejecutando tareas del mundo real. Estas afirmaciones están envueltas en calificadores como “probablemente” y “quizás”, lo que lleva a los escépticos a cuestionar el fundamento de estas audaces declaraciones. ¿Puede la IA desempeñar un papel sin igual en la humanidad, como sugiere Altman?
Costo ambiental: revelando la huella oculta
Notablemente, Altman reconoce el uso de energía y agua de ChatGPT—0.34 vatios-hora por consulta y 0.000085 galones de agua—sin ofrecer perspectivas más profundas o datos respaldatorios, dejando las consideraciones ambientales sin resolver.
Las connotaciones religiosas del avance tecnológico
Las reflexiones finales de Altman sobre la extinción y la innovación científica difuminan la línea entre la visión pragmática y la creencia casi espiritual. Esto plantea la cuestión fundamental de si OpenAI se dirige hacia una entidad científica o una ideología.
Como se indica en Mashable, estos cambios previstos están destinados a trascender más allá de simples predicciones, desafiando nuestra perspectiva tanto sobre los avances como sobre la responsabilidad en el futuro de la IA. En un panorama lleno de complejidades, las visiones de Altman actúan como estrellas orientadoras para algunos y como faros de precaución para otros, subrayando la división entre aspiración y practicidad.