En una revelación intrigante, algunos perros, especialmente aquellos hábiles en aprender los nombres de sus juguetes, demuestran una habilidad cognitiva extraordinaria: clasifican los juguetes según su función. Este desarrollo muestra los sofisticados procesos mentales que tienen lugar en el cerebro canino, comparables a los tradicionalmente asociados con los niños pequeños humanos.
Los talentos ocultos de la cognición canina
Imagine llamar a un pollo que chirría, y que su perro lo elija específicamente según la tarea. Según Science News, ciertos perros, identificados como aprendices de palabras dotados, van más allá de la mera memorización de los nombres de los juguetes. Reconocen los juguetes por su función durante el juego, como lanzar o el tira y afloja, sin depender de señales físicas.
Un estudio basado en el juego
El innovador estudio, liderado por la investigadora de comportamiento animal Claudia Fugazza de la Universidad Eötvös Loránd, involucró a 11 perros y sus dueños en escenarios de juego dinámico. Los dueños comprometieron a sus mascotas en juegos de “lanzar” o “tirar” usando una variedad de juguetes, nombrando inicialmente cada actividad en voz alta. El resultado sorprendente: los perros luego seleccionaron juguetes por función incluso sin orientación verbal, demostrando su capacidad de generalizar a partir de experiencias pasadas.
Los perros exhiben habilidades de clasificación similares a las de un niño pequeño
Trazando comparaciones con los bebés humanos, esta capacidad de categorizar juguetes funcionalmente refleja la aptitud cognitiva típicamente vista en los niños. Vanessa Woods de la Universidad de Duke destaca la importancia de este proceso de aprendizaje natural, enfatizando que los perros infieren la función a partir del contexto de manera sofisticada y válida ecológicamente.
Investigando un procesamiento cognitivo más profundo
La investigación futura pretende profundizar en otras categorías mentales que los perros podrían reconocer y los mecanismos cerebrales detrás de tales procesos. Aunque Fugazza señala que no todos los perros pueden poseer esta habilidad, los hallazgos abren nuevas vías para comprender cómo los perros interactúan y comprenden el mundo que los rodea.
Conclusión: los perros nos sorprenden de nuevo
Esta exploración de la cognición canina no solo destaca la notable capacidad de los perros para clasificar mentalmente los juguetes por su uso sino que también avanza en nuestra comprensión de la compleja vida interior de nuestros compañeros de cuatro patas. Su aparente capacidad para reconocer, recordar y clasificar es un testimonio de la profundidad del procesamiento cognitivo del que son capaces estas queridas mascotas.
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