Vietnam está explorando terrenos inexplorados al intentar usar a los influencers en línea como herramientas para propagar narrativas aprobadas por el gobierno. En un cambio estratégico de simplemente eliminar voces disidentes, el gobierno opta por diluir el contenido negativo en línea inundándolo con positividad diseñada. Pero, ¿es este enfoque realmente sostenible, o corre el riesgo de erosionar el atractivo central de la cultura influencer: autenticidad y confianza?
La Nueva Doctrina Digital
En el centro de esta iniciativa se encuentra el movimiento de Vietnam para regular a los Líderes de Opinión Clave (KOLs) a través de un nuevo marco de gobernanza diseñado para formalizar cómo interactúan los influencers con la esfera pública digital. En un evento pionero, se convocó la primera cumbre nacional de influencers donde cerca de 300 KOLs se reunieron con funcionarios del gobierno para fomentar una Alianza de Confianza Digital. Este movimiento alinea a los influencers más cerca del mensaje del Estado, promoviendo temas de “valores positivos y humanos”.
¿Alineación con los Estándares Globales?
Parte del enfoque regulatorio de Vietnam implica estudiar prácticas internacionales, en particular tomando elementos de los marcos de la UE y China. Aunque algunas reglas al estilo de la UE sobre publicidad y cumplimiento fiscal hacen su aparición, el fundamento refleja el enfoque de China en el control regulatorio sobre la influencia digital y la seguridad.
El Juego de Palanca con las Grandes Tecnológicas
La estrategia de Vietnam depende en gran medida de aprovechar su importante mercado para obtener cumplimiento de plataformas principales como Facebook, YouTube y TikTok, tradicionalmente impulsadas por el compromiso. Al coaccionar a las plataformas para que promuevan narrativas alentadoras, Vietnam apunta a contrarrestar la tendencia natural de los algoritmos de redes sociales de priorizar contenido que provoque fuertes reacciones emocionales y compromiso.
Riesgos de la Positividad Diseñada
A pesar de la ambición, hay riesgos tangibles en el modelo de Vietnam. La efectividad de los influencers radica en su percibida independencia. Convertir voces válidas en portavoces podría minar la confianza pública. Además, obligar a las plataformas a priorizar la positividad sobre el compromiso podría llevar a un cumplimiento superficial y resistencia a largo plazo, ya que el compromiso necesita principalmente controversia o resonancia emocional para prosperar.
Consecuencias No Deseadas
La estrategia también corre el riesgo de volverse insular, cegando inadvertidamente a los tomadores de decisiones de alto nivel a problemas sociales genuinos cuando las autoridades locales suprimen narrativas problemáticas para mantener cuotas de positividad. Esta atmósfera no solo parece inauténtica a nivel local, sino que puede dañar la credibilidad de Vietnam en el escenario global, sirviendo como un instrumento de propaganda más que de sentimiento genuino.
Un Activo No Aprovechado
Curiosamente, Vietnam cuenta con una población joven que ya está inclinada a confiar en su sistema político, según cita una reciente encuesta regional. En lugar de canalizarlo a través de influencers, podría ser más efectivo que los propios líderes se comprometan directamente, compartiendo narrativas auténticas que reflejen mejoras reales en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Moverse hacia la relación y el compromiso digital de primera mano podría generar una ola genuina de optimismo, reflejando progresos reales en lugar de narrativas fabricadas. Después de todo, la verdadera positividad surge de avances tangibles y de un liderazgo que realmente resuena con la gente. Según South China Morning Post, la verdadera confianza no proviene de la animación algorítmica, sino de ganancias sociales genuinas.