La orden ejecutiva, aunque controvertida, resalta el delicado equilibrio entre fomentar el crecimiento tecnológico y salvaguardar la privacidad y la ética. La acción decisiva de Trump encapsula un debate de larga data sobre el papel de las regulaciones en uno de los ámbitos más transformadores de nuestro tiempo. ¿Podría este paso audaz realmente llevar a Estados Unidos hacia la supremacía en IA? Solo el tiempo lo dirá.