Con su producción actual, el Music Theatre of Madison da un paso audaz al captar uno de los cuentos de amor más matizados de Broadway, “Los Puentes de Madison” de Jason Robert Brown. Sin embargo, este ambicioso esfuerzo parece tambalearse un poco ya que el vasto panorama emocional de la obra lucha por caber dentro de los confines del íntimo espacio del Play Circle.
La Historia Atemporal
Ambientada en el contexto de Iowa en 1965, la historia gira en torno a Francesca Johnson, una novia de guerra italiana que se encuentra en una encrucijada entre ser fiel a sus responsabilidades matrimoniales y explorar nuevas pasiones. Su encuentro con Robert Kincaid, un fotógrafo ambulante de National Geographic, enciende una aventura de cuatro días que desafía sus percepciones y prioridades. Rodeados por una comunidad que observa cada uno de sus movimientos, la pareja debe lidiar con las consecuencias de su conexión corta pero significativa.
Tropiezos Musicales
La aclamada partitura de Brown, elogiada por su intricada orquestación y musicalidad, merece un escenario que acomode su vastedad. En cambio, el sonido sobre-amplificado y el entorno compacto impiden que la música respire completamente, creando una disonancia que amortigua su impacto previsto. El paisaje sonoro de la producción, que debería cambiar sin problemas entre lo íntimo y lo grandioso, lucha por mantener ese equilibrio, dejando una narrativa anhelante sin el margen necesario.
Un Elenco Llamado a la Valentía
En el corazón del relato están Sarah y Kevin Blakeslee interpretando a Francesca y Robert. Su vínculo matrimonial fuera del escenario alimenta sus interacciones en el escenario, fundamentando el romance con una química creíble. Kevin, con su vigoroso barítono, oscila entre la calidez y un volumen que a veces tensa la intimidad. El desafío de Sarah radica en las variadas exigencias vocales del papel de Francesca, que abarca desde tiernas nanas hasta líneas operísticas elevadas, poniendo a prueba su rango con frecuencia.
Fortalezas de los Secundarios
En contraste, el apoyo del conjunto aporta una ligereza necesaria. El canto etéreo de Cat Richmond y la robusta claridad vocal de Micah Friedman recuerdan al público los picos musicales que se encuentran dentro de esta producción. Además, Jen Ward Lennon y Bart Terrell invierten sus papeles como los vecinos siempre vigilantes con una autenticidad y humor resuelto, llevando la narrativa más allá de la mera caricatura.
En Busca de Espacio
Bajo la dirección de Meghan Randolph, la tensión de la narrativa es palpable, pero la ejecución se mantiene atrapada entre la grandeza que busca y el espacio que ocupa. Los vastos paisajes de Iowa, aludidos a través de la música, suplican por un escenario lo suficientemente amplio como para honrar su amplitud. A pesar de un enfoque sincero, la producción permanece atada a sus confines, entregando susurros citadinos en lugar de confesiones campestres.
Una Misión Inquebrantable
Aunque no cumple completamente con sus promesas grandiosas, destellos de brillantez se destacan —ya sea a través de la poderosa interpretación serena de Richmond o la enfática entrega de Friedman. Tales momentos subrayan la importancia del esfuerzo del Music Theatre of Madison, enfatizando que el riesgo artístico puede a veces llevar a experiencias desiguales pero inolvidables.
Según Isthmus, “Los Puentes de Madison” estará en escena hasta el 23 de agosto, con los espectáculos restantes programados para los días 17, 21 y 22 de agosto. No te pierdas este viaje conmovedor en el Play Circle, donde lo íntimo abraza lo épico.
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