El culpable oculto: exceso de consuelo

Según la Dra. Judith Owens, directora del Centro para Trastornos del Sueño Pediátrico en el Hospital Infantil de Boston, los padres pueden entrenar inadvertidamente a sus bebés para que dependan de un confort externo para dormir. Aunque acurrucar y mecer al bebé a la hora de acostarse parece natural, puede llevar a lo que la Dra. Owens describe como una “asociación del sueño”, donde el bebé se vuelve dependiente de esas acciones para conciliar el sueño.

En cambio, la Dra. Owens aconseja introducir la práctica de poner al bebé en su cuna “somnoliento pero despierto” a la edad de tres meses. Aunque inicialmente desafiante, esta estrategia enseña a los bebés a calmarse por sí mismos y fomenta hábitos de sueño independientes.

Dominando la hora de la siesta

La Profesora Jodi Mindell, directora asociada del Centro de Sueño del Hospital Infantil de Filadelfia, enfatiza la importancia de ambientes consistentes para las siestas. Los bebés que duermen la siesta en cochecitos o asientos de auto pueden llegar a asociar el movimiento con el sueño, afectando su capacidad de dormir en una cuna inmóvil.

Evitar este patrón puede hacer una diferencia significativa. Asegúrate de que las siestas ocurran principalmente en la cuna y evita hábitos de sueño inducidos por el movimiento.

Reconsidera las tomas nocturnas

Alimentar a tu bebé justo antes de acostarlo puede crear una dependencia donde el sueño sigue solo después de amamantar. Los expertos sugieren completar las tomas antes de comenzar la rutina de acostarse. Esto ayuda al bebé a separar la alimentación del sueño, estableciendo una transición más clara hacia un horario de sueño sólido.

Transiciones para los pequeños: navegando en los horarios de las siestas

A medida que tu hijo crece y se convierte en un pequeño, sus horarios de sueño evolucionarán. La Dra. Mindell destaca la importancia de regular los horarios de las siestas de manera consistente. Permitir siestas a última hora de la tarde puede causar estragos en las rutinas de dormir, haciendo difícil que los pequeños se duerman por la noche. Intenta que las siestas no sean después de las 2 p.m. para mantener un ciclo de sueño saludable.

En última instancia, comprender y ajustar los hábitos de sueño de tu hijo puede allanar el camino para noches más descansadas tanto para los bebés como para los padres. Toma aliento sabiendo que incluso si parece abrumador, estos pasos te acercan una noche más a rutinas de sueño placenteras.

Como se indica en Rollercoaster.ie, implementar pequeños cambios por parte de expertos de confianza no solo mejora el descanso de los pequeños, sino que también trae un respiro muy necesario a los padres cansados.