La región vinícola de Lisboa, a solo un corto trayecto al norte de Lisboa, es un verdadero tesoro de sabores ricos y vistas impresionantes. Aquí, los viñedos costeros se encuentran elegantemente con las espumosas orillas del Atlántico, creando un microclima único perfecto para nutrir variedades de vino distintivas. Este recorrido no solo ofrece una variedad de vinos exquisitos, sino que también te introduce a la belleza natural de la región y su riqueza cultural. Según National Geographic, es un destino imprescindible para los amantes del vino y los exploradores por igual.

El Encanto Costero de Colares

Comienza tu exploración en Colares, el viñedo más occidental de la Europa continental, donde las valientes vides están protegidas por muros de piedra. En la pequeña bodega familiar Mare et Corvus, el accidentado terreno costero produce vinos con un carácter único, gracias a las manos expertas de los viticultores locales.

En este microclima, las vides protegidas han prosperado desde la década de 1860, sobreviviendo incluso al devastador brote de filoxera de la vid. Al recorrer las Vinhas do Bairro, los aficionados al vino apreciarán la tenacidad y la historia entrelazadas en cada vid.

Un Sabor de Tradición en Viúva Gomes

Dirigiéndote hacia el interior, la bodega Viúva Gomes ofrece una mirada al pasado con sus viñedos cultivados a lo largo de senderos arenosos. Su supervivencia durante la crisis de la filoxera es un testimonio de la resiliencia de la naturaleza, una historia que el propietario José Baeta comparte íntimamente. Al probar el crujiente Malvasia de Colares con ensalada de pulpo en el famoso Azenhas do Mar, experimentarás la confluencia de las brisas oceánicas y la dedicación artesanal.

Vinos Contemporáneos y Ecosistemas Naturales

Continúa tu viaje en AdegaMãe, ubicada en Torres Vedras. Aquí, la arquitectura moderna coexiste con la naturaleza mientras exploras la bodega con el sommelier Ricardo Marques, quien se enorgullece de preservar la fauna y nutrir vibrantes ecosistemas entre las vides.

Asegúrate de probar su característico Arinto en el restaurante Sal na Adega. Este vino blanco vivo encapsula toda la región en una copa, con su acidez pronunciada y matices oceánicos.

Abrazando las Olas y lo Sagrado en Nazaré

Más allá de los vinos, la costa oeste atrae a los surfistas hacia la Praia do Norte de Nazaré, donde las olas se alzan majestuosas, cortesía del legendario Cañón de Nazaré. Si el mar está calmado, tómate el tiempo para visitar el Monasterio de Alcobaça, listado por la UNESCO, un notable ejemplo de arquitectura cisterciense enmarcado por sus florituras góticas y barrocas.

Encontrándose con las Tradiciones Culinarias en Alcobaça

En la Pastelaria Alcôa, frente al monasterio, saborea el sabor de la historia en cada bocado de un pastéis de nata. Elaborado a partir de una receta tradicional perfeccionada por monjas, es un sabor que no debes perderte durante tu visita.

Finalmente, desplazándote hacia Alenquer, termina tu aventura en Casa Santos Lima, una de las bodegas más grandes de Portugal. Aquí, los fértiles suelos de arcilla y piedra caliza, antiguos fondos marinos, producen vibrantes vinos, con raíces profundas en el legado marítimo de Portugal.

Saboreando las Variedades Locales

Concluye tu viaje probando tres vinos imprescindibles: el dulce Villa Oeiras Carcavelos, el aromático Quinta De São Francisco D.O.C Óbidos, y el refrescantemente cremoso Cas’amaro Madame Pió Reserva. Cada copa cuenta historias de tiempo, tierra y mar, todas para siempre entrelazadas en el alma de Lisboa.

La región vinícola de Lisboa es un tributo a la maestría de la naturaleza y al eco de la historia. Ya sea que estés explorando sus sabores, capturando las brisas costeras, o sumergiéndote en su rico pasado, esta joya costera promete una experiencia inolvidable.